También Afeq = “cauce del arroyo”. Afec es el nombre que se le da a varias ciudades de Canaán. Pero una destaca entre todas. Situada en la llanura de Sarón fue conquistada por Josué. (Josué 12:7-24 … “Y estos son los reyes de la tierra que derrotaron Josué y los hijos de Israel … el rey de AFEC … el rey de Sarón … “ (versículo 18).
Lectura: 1 Reyes 20:26 “pasado un año, vino a AFEC para pelear contra Israel”. Si leemos todo el capítulo 20, vemos como el rey Acab derrota a los sirios. Pero antes de la historia de Acab y la viña de Nabot, hay un pequeño texto curioso, los versículos 39 y 40.
Siguiendo el patrón de otros profetas, este profeta anónimo trajo un mensaje al rey Acab por medio de una historia inventada. Dicha historia hablaba de un hombre que era responsable de proteger la vida de otro, y demostró ser infiel. Una excusa que solemos dar también nosotros… “estaba ocupado en una y otra cosa”… en lugar de prestar atención al trabajo que debía hacer. Muchas oportunidades nos pasan de largo por estar “en otras cosas”. ¿O realmente ocupamos todo nuestro tiempo en las cosas de Dios? ¿Estamos como Jesús en los negocios del Padre? ¿O mas bien ajetreados, abrumados con otros menesteres que no son del Reino?
Una triste historia de un soldado a quien confiaron un prisionero durante la batalla, del cual tenía que responder con su vida pero que por “ocuparse en una y otra cosa”, dejó escapar al preso. Es posible que se repita la historia en nosotros mismos. Dios nos confía la vida de nuestro prójimo a quien hemos de testificar y proclamar el mensaje de Salvación y nosotros andamos “ocupados en una y otra cosa”, y dejamos de hacer el trabajo encomendado por Dios: “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28;19-20).
Estamos demasiado ocupados en “otras cosas” y no ponemos la mira en las “cosas de arriba”. “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:2).
El profeta decretó reprobar a Acab con una parábola, y el rey marchó a su casa disgustado y molesto, ni procuró deshacer lo que hizo mal. Que Dios no tenga que reprobarnos a nosotros por no hacer el trabajo que nos toca. Que Dios nos proteja para aprobar cuando seamos juzgados.
Ojalá que diga de cada uno de nosotros: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:23).
Que el Señor nos ayude a corresponder fielmente al llamamiento que nos ha dado, traer Gloria y Honra a su nombre que debe ser nuestra prioridad y cumplir siempre su soberana voluntad.
Abigail Rodés. Julio 2023.