Oh, blanca Navidad, sueño,
Y con la nieve alrededor,
Blanca es mi quimera,
Y es mensajera de paz
Y de puro amor.
Oh, blanca Navidad, nieve,
Un blanco sueño y un cantar.
Recordar tu infancia podrás,
Al llegar la blanca Navidad.
Blanca Navidad es el título de una conocida y tradicional canción navideña que se suele cantar o escuchar durante estas fechas. Blanca Navidad es una bella metáfora que asociamos a la nieve, a la paz, lo inmaculado, lo nuevo, la pureza, etc. El blanco es uno de los colores principales en la decoración y vestimentas navideñas debido a su simbología, elegancia, luminosidad… Evoca protección, calma, y espiritualidad. En la Biblia significa pureza, santidad, justicia, luz, festividad, triunfo…
Pero, ¿es siempre la Navidad blanca? ¿Y si este año la Navidad no fuese blanca? ¿Qué?
A veces el conjunto de circunstancias personales no te permiten disfrutar las fiestas como quisieras. Todos nacemos y algún día moriremos. Pero Jesús nació con el propósito de morir, y lo hizo para darte la oportunidad de conocer el amor de Dios y su propósito para tu vida, limpiar tus pecados y darte vida eterna. En esta Navidad cree en Jesús, podrás experimentar la paz de Dios en tu corazón.
La palabra Navidad significa nacimiento. El propósito de estas fiestas es celebrar el nacimiento de Jesús. No hubo niño más famoso en toda la Biblia ni en todos los tiempos. Cuando nace alguien en tu familia, lo celebras. Cuando Jesús nació fue recibido con mucho gozo por sus padres, por ángeles, pastores y magos. No hay en la Biblia un mandamiento para celebrarlo, pero nos gozamos en compartir las Buenas Nuevas: Dios nació para darme a mí, a tí, un nuevo nacimiento. “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios” (Jn. 3:3).
No te salvan las buenas obras, no te salva la caridad, no te salva asistir a la iglesia, no te salvan las ofrendas ni los donativos, no te salva tener padres cristianos… “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn.1:12).
El nacimiento de Jesús es narrado en el Nuevo Testamento por dos evangelistas: Mateo y Lucas. La narración está llena de detalles, desde las profecías, el anuncio a María, la genealogía paterna de Jesús, la adoración de los pastores, la visita de los magos de oriente, la matanza de los niños pequeños… Dos buenas fuentes bíblicas que se utilizan para celebrar la Natividad.
En la Palabra de Dios hay muchas referencias al blanco, pero la más importante es la que hace referencia al corazón. Si confiesas que has pecado, y aceptas el perdón que Dios te da por su muerte en la cruz, Él cambia tu negro corazón lleno de pecado en un limpio y blanco corazón a través de su sangre vertida en el madero.
“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Jn.1:9).
Así que, ¡sí! Esta Navidad puede ser blanca para tí. Ni Herodes pudo destruir a Jesús, ni la tumba pudo detenerlo. Ahora Cristo está vivo, en el cielo, en la gloria, reconocido por el Padre, por los ángeles, adorado por los creyentes, temido por Satanás y sus huestes. ¡Él reina! y hoy te llama: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar… y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mt. 11:28,29).
Jesús es el único camino, la única verdad, la vida. ¡Descúbrelo!
Abigail Rodés. Diciembre 2018.