¿Por qué hay en la Biblia distintos nombres para definir una misma cosa? La comunicación entre pueblos o ciudades o diferentes lugares: caminos, veredas y atajos.
En el Antiguo Testamento se habla de la vida humana como un camino por donde andar: «Encomienda a Jehová tu camino…» Salmo 37:5a. Un camino en el que todo hombre, niño, mujer o joven debe andar guiado siempre por Dios como en el Éxodo: «Y Jehová iba delante de ellos…» Éxodo 13:21.
Pero uno puede andar por él, «Guardé su camino, y no me aparté» (Job 23:11), o rechazar andar por él. Por supuesto, tenemos en la Palabra muchas exhortaciones para apartarnos de los malos caminos como Jeremías 25:5 «Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras», y retomar los caminos verdaderos como Jeremías 31:21 «…Vuélvete por el camino por donde fuiste…».
Es nuestro deber como cristianos pedir al Señor que nos muestre el camino: «Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por la senda de rectitud…» Salmo 27:11.
Jesús es el único camino: «Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» Juan 14:6.
Jesús abrió un nuevo camino por el que podemos llegar a Dios «… por el camino nuevo y vivo, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe…» Hebreos 10:20-22.
Para llegar a algún lugar, siempre hay un camino o más. También en la Palabra encontramos esta disyuntiva: ¿Qué camino coger? ¿Qué ruta, travesía o vereda es la correcta? ¿Qué camino es el más corto o el mejor? Dios nos avisa que en la vida el hombre debe elegir entre dos caminos:
«Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá» Salmo1:6.
«El camino del perezoso es como un seto de espinos; mas la vereda de los rectos, como una calzada» Proverbios 15:19.
«Espacioso el camino que lleva a la perdición» Mateo 7:13.
Las veredas son lugares del espacio público donde la gente se conecta con diferentes lugares o personas. Para garantizar esto, las veredas deben tener un cierto mantenimiento con entornos seguros, accesibles y caminables. «No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas, cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz» Isaías 59:8. Todo hombre que carece del Espíritu Santo corre rápidamente hacia el mal, por veredas injustas y carentes de paz. Los impíos siguen el camino de los pecadores, no se deleitan en la ley de Dios, dan fruto malo. Nuestro camino al cielo es por un Salvador, Cristo Jesús, crucificado en el Gólgota. Su muerte, es para los que en Él creen el camino a la Vida.
«Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas» Proverbios 3:6. En todo lo que hagamos debemos reconocer a Dios y hacerlo con humildad y sumisión. Él nos ha prometido dirigir nuestros caminos para que sean seguros, buenos, ciertos y sólidos. En las Escrituras suelen haber paralelismos con contenidos opuestos, éste es uno de ellos. Un mismo versículo, dos mensajes: una recomendación para actuar al lado de Dios confiando en su poder y amor; y una advertencia de lo que no se hace bien, para que se pueda cambiar. Dios te anima a examinar con cuidado por dónde andas. Su Palabra nos ofrece luz y guía.
¿Por dónde andas? ¿Por el camino del mundo o por la vereda de la vida? Aparentemente caminos y veredas son lo mismo, pero la diferencia estriba en que las veredas son caminos estrechos y el camino es una vía mucho más amplia. Eso nos recuerda Mateo 7:13, 14 «Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan».
«Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores el camino» Salmo 25:8.
¿Y qué hay de los atajos? Algo rápido para abreviar el camino… ¡No lo hay! ¿Un camino más corto esquivando la realidad? ¿Acortar el camino? ¿Para qué? Si Dios va a ir contigo, bendiciéndote, cuidándote, prosperando tu vida y tu crecimiento espiritual… Lograremos mejores cosas y más perdurables sin atajos. Estamos en un mundo lleno de atajos, lleno de engaños, trampas, gente deshonesta. Muchas veces tomamos decisiones erróneas en nuestra vida por no ir despacio y por tomar ciertos atajos.
Aprendamos de Sarai que tomó a su sierva egipcia y la dio a su esposo para que concibiera un hijo. ¡Rápido no es siempre bueno!
O una generación que se quedó en el desierto durante 40 años, ¡Dios no toma atajos!
Satanás y Pedro querían que Jesús tomara un atajo, pero el camino a la cruz debía ser hecho. ¡Los atajos pueden atrasar lo verdadero! No te convienen los atajos. Elimínalos de tu vida. Los atajos solo te sacarán del camino.
REFLEXIONA:
1. ¿Qué clase de atajos conoces? Compártelo con tus amigos.
2. ¿Reconoces algún atajo o más en tu vida? ¿Qué harías diferente?
3. ¿Crees que los atajos pueden llevarte a ser desobediente a Dios? ¿Por qué?
«Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» 1 Juan 2:17.
Abigail Rodés. Noviembre 2024.