La Coca-Cola es una bebida con un sabor inconfundible. Es refrescante, burbujeante. Se toma sola o en las comidas. Pero tiene unas condiciones de conservación: proteger de la luz solar, preservar de olores agresivos, conservar en lugar limpio, fresco y seco. Hay diferentes tipos de Coca-Cola según la cantidad de azúcar que contengan. Aunque al principio se etiquetaba como un jarabe y se vendía en la farmacia, ahora es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. Es un fenómeno mundial y se vende en tiendas, restaurantes, bares, supermercados y máquinas expendedoras. Quizás te suenen eslóganes como este: “Si siempre intentas ser normal, nunca descubrirás lo extraordinario que puedes llegar a ser”.
Ser una persona “normal” ¿es perder tu propia identidad y autenticidad porque te limitas a copiar la vida de otras personas? ¿Es comportarse como marcan los cánones de la sociedad actual?
¿No te gustaría ser una persona excepcional, extraordinaria, singular? En fin… ¿un fuera de serie?
Pues, ¡lo eres! Dios así te hizo. Solamente que a veces nos desviamos del camino, nos apartamos de Dios y nos volvemos personas corrientes, mediocres, o “normales”. La vida, a veces se parece a la Coca-Cola. Si no cuidamos nuestra vida espiritual, moral, física, sentimental, profesional, intelectual, personal, familiar, etc, se puede volver “light”. Y si no explotamos nuestros dones, talentos, recursos que Dios nos ha dado para poder aportar algo de beneficio y bendición a los demás, nuestra vida pasará a ser “zero”.
Dios nos ha dejado aquí para tener una vida que trascienda, para dejar huella. No te conformes con ser una persona “normalita”. Ni menos “light” o “zero”.
¡Con Cristo tenemos una vida de victoria! ¡Úsala!
Al igual que hay diferentes tipos de Coca-Cola según el contenido de azúcar, hay diferentes tipos de personas según sea su relación personal con Dios. ¿Eres ateo, creyente, indiferente, siervo, discípulo, adorador, buscador de la verdad? ¿Cuál eres tu?
Ser creyente, aceptar a Jesús como Salvador y Señor personal es como injertar nuestra vida con la vida de Cristo, haciendo posible para nosotros los frutos de Dios mismo. La experiencia de la fe es un ejercicio diario en nuestra vida. No cabe la pasividad, la indiferencia o el pasotismo. ¿Tu vida es como la Coca-Cola que refresca a otros? ¿Tu vida es como la Coca-Cola, burbujeante, fervorosa, vibrante, dinámica? ¿Qué compartes con los demás?
“Lo que hemos visto y oído, no lo podemos callar. Lo que hemos contemplado y tocado con nuestras manos… eso testificamos y os anunciamos”. Que así sea.
Abigail Rodés. Febrero 2023.