La fiesta de Thanksgiving day o de Acción de Gracias es una de las más importantes del calendario estadounidense, y aunque no se ha replicado en el resto del mundo (como por ejemplo Halloween); alguna de sus consecuencias, como el Black Friday, ya han traspasado sus fronteras.
En los Estados Unidos, la tradición moderna del día de Acción de Gracias tiene sus orígenes en el año 1623 en una celebración en Plymouth, en el actual estado de Massachusetts. También existen evidencias de que los colonos ingleses en Texas realizaron celebraciones en el continente con anterioridad en 1598, y fiestas de agradecimiento en la colonia de Virginia.
La creencia popular sin embargo fija esta tradición en el año 1621 (algunos fijan la fecha en 1623), cuando los primeros colonos ingleses en América del Norte se reunieron para celebrar su primera cosecha y dar gracias a Dios. En esa celebración en Plymouth aparecieron unos indios Wampanoag que comieron y bebieron junto a los colonos. Pero, como todos los mitos fundacionales, la realidad de su origen no está muy clara, y la fiesta tal como ahora se conoce data más bien del siglo XIX.
No obstante el lugar donde se llevó a cabo el primer día de Acción de Gracias en los Estados Unidos, e incluso en el continente americano, es objeto de constante debate. Dos profesores de la Universidad de Florida, Robyn Gioia y Michael Gannon sostienen que la primera celebración de este día, en lo que actualmente son los Estados Unidos, fue llevada a cabo por colonos españoles el 8 de septiembre de 1565, en lo que hoy es San Agustín, Florida.
Lo más importante de esta fiesta es su significado. Aunque actualmente este día se ha convertido en fiesta nacional en los Estados Unidos, poco perdura del motivo original de su celebración. Los colonos que emigraron a América del norte fueron en gran parte cristianos que estaban siendo perseguidos por la iglesia oficial, sobre todo la anglicana, que no les permitía expresar ni desarrollar su fe con libertad.
Una vez que se encontraron en el nuevo continente, con entera libertad, no olvidaron su fe sino que, al contrario, esta impregnaba su forma de vida. Y es en este contexto en que, llevados por su generosidad hacia Dios por sus bendiciones, empezaron a celebrar el Thanksgiving day en lo que entonces se llamaba Nueva Inglaterra. Aunque en su origen fue una fiesta religiosa hoy día se ha convertido en una fiesta mayormente secular, aunque conserve algunos rasgos de la celebración original.
En aquel entonces el día de Acción de Gracias se celebraba en fechas distintas del otoño según los estados, y su proclamación como fiesta nacional estadounidense a celebrarse el último jueves de cada noviembre se debe a Abraham Lincoln en 1863. Aunque la proclamación se hizo durante la Guerra de Secesión y pudo haber sido un fracaso entre los rebeldes sureños, pronto se convirtió en una de las fiestas compartidas por todos los americanos y es el momento del año por excelencia de reencuentros familiares.
En un mundo en que cada vez más las costumbres y celebraciones traspasan las fronteras hay un hecho curioso. Tomando como ejemplo nuestro país vemos como celebraciones como Halloween han calado hondo en la sociedad, a pesar de ser una celebración oscura e incluso con conexiones diabólicas. No hay más que investigar la leyenda que dio origen a esta fiesta para darse cuenta de ello (ver el artículo sobre Halloween en este mismo blog https://esglesialescorts.com/halloween/).
Sin embargo el día de Acción de Gracias no tiene prácticamente ninguna resonancia en el país (excepto entre los norteamericanos que viven en España). ¿Por qué una fiesta cuya razón de ser es dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas durante el año no ha arraigado en España? Tal vez porque como dice la Biblia: «la luz vino al mundo, pero los seres humanos amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios» (Juan 3:19-21). Dios es luz, mientras que Satanás es la oscuridad. Y el mundo rechaza a Dios porque no quiere reconocer su situación de miseria y corrupción. Así que, no debemos asombrarnos que las celebraciones en las que no se tenga en cuenta a Dios tengan más éxito.
No obstante aún hay una excepción, Navidad, la celebración del nacimiento de Jesús, la venida de la luz a este mundo. Como Jesús mismo dijo: «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12). ¿Seguiremos a la luz de Dios o dejaremos que la oscuridad nos domine y esclavice?
Ferran Cots, noviembre 2023.