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El nombre de Jesús, ¿nos empuja a la oración?

Escrito por Abigail Rodés

El pensar solo en el nombre de Jesús, ¿te empuja a orar?

Así fue para Ana (Lucas 2:36-38), para Simeón (Lucas 2:25-32) y para María (Lucas 1:46-55).

Ana, profetisa, “no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones”  (Lucas 2:37).

A pesar de ser muy anciana formaba parte del plan de Dios para la Navidad, porque ella amaba a Dios y creía en su promesa de que enviaría a un Salvador.

Dios usa nuestras oraciones para cumplir su voluntad. Las oraciones de Ana para ver el cumplimiento de las promesas de Dios, se convirtieron en acciones de gracias y alabanzas.

Las oraciones del justo y piadoso Simeón de esperanza y consolación para Israel se convirtieron en gozo, paz y bendición al tener a Jesús en sus brazos. No tiene temor, puede dar la bienvenida a la muerte porque ya ha visto la salvación, la tiene ante sus ojos (Lucas 2:29,30).

¡Qué bueno es que aquellas en cuyas almas comienza la obra de gracia se comuniquen entre sí!

María y Elisabet serían altamente bendecidas, felices y muy honradas. María llena del Espíritu Santo ora con gozo, admiración y gratitud. El Magnificat es un cántico de acción de gracias porque Dios la elige a ella, reconoce la providencia de Dios en el mundo y sabe que Dios cumple sus promesas dadas a nuestros padres. 

Acerquémonos a Dios, a través de Jesús, y Él nos oirá.

¡Que el Padre abra nuestros ojos para ver lo que Él está haciendo!

¡Que el Señor Jesucristo abra nuestros corazones en alabanza y gratitud por su gran salvación!

¡Que el Espíritu Santo abra nuestras bocas para gloria y honra de Aquel que ha sido, es y será por los siglos de los siglos!

ORACIÓN: Gracias Jesús porque tu eres el centro de la Navidad y sin ti nada podemos celebrar. Gracias porque sin Navidad, sin tu nacimiento, no hubiera habido muerte en la cruz.

Ayúdanos a ser obedientes como José y María, a velar como los pastores hasta tu venida, y a regocijarnos como los magos de Oriente y adorarte como solo tu te mereces.

¡A ti toda la gloria ahora y por todos los siglos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Magnificat de María (canción) 

Abigail Rodés, enero 2021.

Publicado en: Reflexiones

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