“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca” (Apocalipsis 1:3)
Muchos textos bíblicos nos animan a leer las Escrituras:
1. “…entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra” (Deuteronomio 17:18-19)
2. “Y cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos” (Deuteronomio 31:11)
3. “Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” (Nehemías 8:8)
4. “Y Jesús vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer” (Lucas 4:16)
5. “Y volvía sentado en su carro y leyendo al profeta Isaías” (Hechos 8:28)
Desde Éxodo, Josué, Reyes, Isaías, Jeremías, Habacuc, Marcos, Corintios, Tesalonicenses… y un largo etc, nos instan una y otra vez a leer las Sagradas Escrituras.
Hoy es un gran día para empezar a leerla. Hay varios métodos. Nada se compara a la bendición de conocer la Palabra para crecer en sabiduría. Persistir en la lectura diaria, con diligencia, ser constante durante toda tu vida, te ayudará a conocer más y más a Cristo. Algunos dicen que la Biblia es una colección de mitos pero la misma Biblia en Juan 17:17 dice: “Tu Palabra es verdad”. La Biblia es la palabra de Dios, “es palabra fiel y digna de ser recibida por todos” (1ª Timoteo 4:9). “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2ª Timoteo 3:16).
Puedes leer muchos libros, pero solamente la Biblia te habla a ti de forma personal. Es importante que inicies un plan de lectura anual que abarque toda la Biblia.
¿Qué vas a hacer con toda esta información? Deberías por lo menos investigar. Aún cuando leemos cosas que no entendemos podemos aplicarnos el consejo bíblico del Salmo 1:2 “en la ley de Jehová está mi delicia y en ella medito día y noche”.
Abigail Rodés. Octubre 2021.