Pascua 2022.
Cuenta la historia que en una ocasión le preguntaron a una barra de acero si ella era la más fuerte del mundo, y ella dijo: No, es el fuego, porque a mí me derrite.
Le preguntaron al fuego si era el más fuerte del mundo y él dijo: No, es el agua, porque a mí me apaga.
Le preguntaron al agua si era la más fuerte del mundo y ella dijo: No, es el sol, porque a mí me evapora.
Le preguntaron al sol si era el más fuerte del mundo y él dijo: No, es la nube, porque cuando se pone delante de mí, opaca mis rayos.
Le preguntaron a la nube si era la más fuerte del mundo y ella dijo: No, es el viento, porque me lleva de un lado a otro.
Le preguntaron al viento si era el más fuerte del mundo y dijo: No, es la montaña, porque cuando soplo y me encuentro con ella me parte en dos.
Le preguntaron a la montaña si era la más fuerte del mundo, y ella dijo: No, es el hombre, porque me puede escalar y con sus máquinas puede convertirme en planicie.
Le preguntaron al hombre si era el más fuerte del mundo, y él dijo: No, es la muerte, porque ella tiene la potestad de quitarnos la vida a todos los hombres.
Le preguntaron a la muerte si era la más fuerte del mundo y dijo: No, aunque por un tiempo pensé que así era. Pero desde hace bastantes años, le quité la vida a un hombre y a los tres días se levantó de la tumba, resucitó, salió caminando y se me escapó. ¡Ese es el hombre más fuerte del mundo!
Y su nombre es Jesús.
La pasión de Cristo
Esta palabra en la Biblia tiene dos significados:
- La traducción de la palabra griega páthos, que se halla en plural en Romanos 1:26 y Colosenses 3:5, y que denota las emociones y sentimientos desordenados de la naturaleza humana no redimida que deben ser sometidos al gobierno del Espíritu Santo.
- El verbo que se deriva de la misma raíz de páthos significa «sufrir» y se aplica a los padecimientos de Cristo (Hechos 1:3; 1 Pedro 3:18) y de los cristianos (2 Corintios 1:6). De allí se origina la frase «PASIÓN DE CRISTO» la cual, sin embargo no aparece en las versiones castellanas.
También se usa para indicar la naturaleza humana. La expresión «sujeto a semejantes pasiones que nosotros» equivale a decir «de la misma naturaleza humana» (Santiago 5:17).
El arresto de Jesús marcó el inicio de la hora más oscura de la historia, pero en esa oscuridad, Dios estaba
obrando. Para redimirnos fue necesario que el Hijo pasara por una dura prueba, sin pecar, y sufriera la muerte en todo su horror. Fue un sacrificio perfecto; cuando Jesús dijo: «Consumado es» y exhaló su último aliento, había pagado el precio total por los pecados de todo el mundo.
Dios tenía el poder de bajar de la cruz, pero su amor por toda la humanidad, su amor por ti y por mí lo mantuvo en ella. Jesús sufrió en el Getsemaní, permaneció clavado de manos y pies hasta morir. En su vida fue tentado, maltratado, injuriado, probado, pero no pecó. Habiendo obtenido la victoria sobre el pecado, la proclamó por medio de su resurrección. Jesús ascendió al cielo y ocupó su lugar. Él ya está reinando; vivimos entre su ascensión y su próximo regreso. Su gobierno todavía no se ha manifestado plenamente, pero un día toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es Señor para gloria de
Dios Padre. Esperamos con ansia ese día. Sí ven, Señor Jesús, ven pronto. Amén.
Puedes leer el arresto, la crucifixión, muerte, sepultura, resurrección y ascensión de Jesús en todos los Evangelios:
Mateo, capítulos 26, 27 y 28.
Marcos, capítulos 14,15 y 16.
Lucas, capítulos 22, 23 y 24.
Juan, capítulos 18,19 y 20.
Abigail Rodés. Abril 2022.