Una misión es un encargo o un propósito que una persona debe cumplir bien como favor, bien como tarea personal. La palabra misión viene del latín “misisio” y se entiende como la acción de ser enviado. Todos conocemos misiones humanitarias donde un grupo de personas se trasladan a algún lugar donde ha habido terremotos, maremotos, volcanes en erupción, guerras… y brindan a la gente afectada, a los pobres o refugiados asistencia médica, alimentaria, sanitaria, etc.
Muchos de vosotros podéis tener una misión personal en vuestra vida y en base a ello trazáis un plan de acción, de actividades, donde todos los esfuerzos, tiempo o dinero serán pocos para lograr los objetivos. Habrá que planear, idear, programar… para llevar a cabo ese fin propuesto.
La misión de una empresa deberá definir cuál es su razón principal de su existencia y cuál es su función dentro de la sociedad y se enfoca en mejorar por ejemplo la calidad de los coches, motos o trenes. Tendrá una estrategia, un plan de negocio, un buen equipo de trabajo, y hará una labor excelente para satisfacer al cliente y ganar dinero.
Pero la misión de la Iglesia es bastante diferente. Su misión es predicar la Palabra en todo el mundo, a toda lengua y nación. Seguir con la misión de Jesús mostrando a la gente el amor de Dios y llevar el Evangelio, las buenas nuevas de salvación para que crean en Él.
¿Fueron los apóstoles de Jesús los primeros enviados en misión para ser instrumento en la manos de Dios para salvación?
Abramos nuestra Biblia.
1. En Éxodo capítulo 3, leemos el llamamiento de Moisés. Un hombre algo mayor, y en esa época humilde que pastoreaba ovejas que ni siquiera eran suyas. Una zarza que no se consumía a pesar del fuego era atrayente, de manera que la curiosidad de Moisés fue en aumento y procuró acercarse.
Y Dios le habló. Moisés cubrió su rostro delante de la zarza ardiente porque tenía miedo de mirar a Dios. Dios había oído el clamor de su pueblo y quería liberarlo por mano de Moisés.
¿Misión Imposible? ¡NO! A pesar de las excusas de Moisés, Dios le dice: “Ve, porque yo estaré contigo”.
2. En Josué capítulo 1 tenemos la gran comisión de Dios para Josué. Israel fue sacado de la esclavitud degradante de Egipto y vagó, por su desobediencia, por el desierto guiado por Moisés. Pero Moisés muere y Josué debe continuar…
¿Misión Imposible? ¡NO! Porque Dios le dice: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Yo estaré contigo, no te dejaré, ni te desampararé”. ¡Bendita promesa!
3. En Jueces capítulo 6, vemos el llamamiento de Gedeón, juez y guerrero de Israel al final, pero que cuando le llamó Dios simplemente estaba sacudiendo el trigo en el lagar. El ángel de Jehová apareció ante un hombre que era pobre y humilde. Nuevamente un hombre elegido por Dios para liberar a su pueblo esta vez de los madianitas. ¿Qué vio Dios en Gedeón? Un hombre de espíritu valiente y esforzado que fue estimulado a emprender algo grande. El ángel respondió a sus objeciones y lo mandó para actuar como libertador de Israel.
¿Misión Imposible? ¡NO! Dios le habló de paz, y le dijo: “Ciertamente yo estaré contigo”. Gedeón confió a Dios su seguridad.
“Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mi. Mi gloria, y el que levanta mi cabeza” (Salmo 3:3).
¿Qué te ha encomendado Dios? ¿Misión Imposible? Quizás te lo parezca. Es posible que creas que no vas a lograr nada. Por supuesto que no si te fías de tus propias fuerzas. Pero sigues teniendo a Dios de tu parte, si es Él el que te envía. Como así es: “Por tanto, ve y haz discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que te he mandado; y he aquí yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19,20).
Acaba la obra que Dios te ha encomendado. Glorifica a Dios con tu vida, tu servicio, tu ministerio.
Jesús ruega por ti al Padre. ¿Tu misión? Transformarte (“Ya no vivo yo”) para transformar (Vive Cristo en mí). Sé un instrumento útil para la gloria de Dios. Evangeliza con el poder de Dios. También tienes una misión propia dentro de la Iglesia de Cristo. ¿Eres piedra viva? ¿o muerta?
Tu principal perspectiva de vida y servicio debe ser responder a esa misión personal que Dios te ha encargado dentro y fuera de su pueblo.
¿Misión Imposible? Con Dios ¡nunca!
“Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (Juan 18:37b).
Abigail Rodés. Mayo 2023.