17 de abril de 1521
Hace ya 499 años de la Dieta de Worms (Reichstag zu Worms). Esta dieta, presidida por el emperador Carlos V, fue relevante por la comparecencia de Martín Lutero, quien fue convocado para que se retractara de sus tesis. Esto se llevó a cabo en varios días. Lutero habló delante de la asamblea, pero en lugar de abjurar, se reafirmó en sus ideas y defendió su posición protestante:
“Me mantengo firme en las Escrituras a las que he adoptado como mi guía. Mi conciencia es prisionera de la Palabra de Dios, y no puedo ni quiero revocar nada… Que Dios me ayude”.
Lutero criticaba las prácticas y costumbres de la iglesia católica. Sus amigos, procesados y ajusticiados. Él, excomulgado, fue declarado delincuente y se prohibió la lectura de sus escritos. Fue arrestado y condenado. Pero el príncipe Federico lo escondió en el castillo de Watburg. Durante ese tiempo de encierro, de estar recluido, en confinamiento, sin salir a la calle (¿Os suena de algo? ¿Os recuerda alguna situación actual?), Lutero aprovechó el tiempo y tradujo la Biblia al alemán. Después continuaría su obra de reforma hasta su muerte en 1546.
La libertad en el Nuevo Testamento, tiene un sentido nuevo. ¡Tenemos libertad en Cristo Jesús! (Gálatas 2:4). Nuestra libertad en Él nos libera del espíritu de servidumbre y detemor (Romanos 8:15). La libertad del cristiano, mi libertad, se basa en la obra de Cristo, tenemos la capacidad de decidir qué vamos a hacer con nuestra vida y con las cosas espirituales. Nos libera del pecado, de la ley y de la muerte (Juan 8:36).
Hermanos, a libertad fuisteis llamados (Efesios 5:13). Dios nos llama a liberarnos de las pasiones y de la carne (Romanos 8:9). Encamina tu vida. Ordena tu vida conforme a la ley del Espíritu (Romanos 8:1). Por esta libertad nos convertimos en siervos de Dios (1 Pedro 2:16).
Que en estos días en los que nos han quitado cierta libertad (como salir de casa, ir a trabajar, etc) nos acordemos que nuestra libertad para pensar y actuar como cristianos, como verdaderos hijos de Dios, no está cortada. Que nuestra solidaridad, fraternidad, compañerismo, nuestro amor sincero no fingido, se vea.
¿Qué vas a hacer con tu libertad hoy?
Jesús murió por ti en público, no vivas para Él en privado. Haz un buen uso de tu libertad.
“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).
Abigail Rodés. Abril 2020.