(Coger una planta muerta y mostrar)
Tengo una planta muerta, he trabajado mucho con ella, la he regado, la he abonado, la he tratado con amor, le he dado un entorno perfecto para crecer, le he hablado, abanicado, puesto al sol… pero ninguna de estas cosas ha sido de ayuda. ¡Esta planta está muerta!
No se puede obtener crecimiento de algo que no tiene vida. ¿Cuántos de nosotros tratamos de obtener crecimiento espiritual de niños espiritualmente muertos? A los niños no se les puede enseñar a crecer y desarrollar características cristianas hasta que estén vivos espiritualmente en Cristo. Nos toca presentar un Evangelio vivo y un mensaje de salvación vivificante. Los niños deben ser advertidos de que Dios castiga el pecado. Sin Jesucristo no hay Evangelio. Dios es el tema central de las Escrituras y del mensaje de Buenas Nuevas. Debemos explicar al niño la persona y la obra de Cristo. Enseñar que Dios planeó su salvación por amor y para que no fueran destruidos. Es importante que los niños sepan que el sufrimiento de Jesús en la cruz del Calvario fue por cada uno de ellos. Jesús cargó sobre Él todo su pecado. Necesitan saber quién es Jesús y lo que hizo por ellos. Por el Espíritu Santo los niños pueden creer y arrepentirse, volver de su pecado, confiar solamente en Dios para su salvación, ir a Él con fe. Dios es santo y perfecto y quiere que los niños vengan a Él. Por el pecado, están separados de su gloria. Deben conocer que todo aquello que decimos, pensamos, sentimos o hacemos que no agrada a Dios, es pecado. ¡Dios quiere que los niños sean salvos! Para Jesús lo que trasciende al tomar a los niños en sus brazos es el Reino de los cielos y la gran advertencia a los mayores es : «NO se lo impidáis».
«Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» (Romanos 10:13).
Me preocupa, y mucho, que como en tiempos después de la muerte de Josué, haya toda una generación que no conozca a Dios, ni la obra que Él ha hecho. Toda una generación de niños, adolescentes, jóvenes que harán lo malo ante los ojos de Jehová, sirviendo a diferentes dioses, dando la espalda a Dios, y provocando a ira a Jehová. Que Dios tenga misericordia de nuestros niños y jóvenes y no envíe su juicio.
«Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas» (Deuteronomio 6:6-9).
v. 6: Estas palabras estarán en tu corazón.
v. 7a: Las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas.
v. 7b: Estando en casa, andando por el camino, al acostarte, cuando te levantes.
v. 8a: Debemos vivir la Palabra en nuestra vida.
v. 8b: Debemos mirar la Palabra y pensar en ella.
v. 9: Debemos mostrar a los demás la Palabra en nuestras vidas.
«Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra» (Deuteronomio 11:18-21).
Dios vuelve a repetir en este capítulo lo anterior para imprimirlo bien en nuestra mente y corazón.
v. 18: Guardar la Palabra
v. 19. Enseñar la Palabra
v. 20: Mantener la Palabra
v. 21: Dios usa su Palabra para bendecirnos.
Son los mandatos que Dios dio a su pueblo Israel mientras se preparaba para entrar en la tierra prometida.
Debían aprovechar cada momento y oportunidad para enseñar la Palabra a los niños.
«Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley; y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella» (Deuteronomio 31:12-13).
Objetivos:
v. 12a: juntarse, reunirse (unión)
v. 12b: oír, aprender, entender, y temer (escuchar y comprender)
v. 12c: cumplir todas las palabras de la ley (obediencia)
v. 13: transmitir la Palabra de generación a generación (testificar)
Consejos:
«Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí. Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: no temas, siervo mío Jacob… porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos, y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas» (Isaías 44:1-4).
Cada niño es un renuevo que hay que pastorear y discipular en el camino, las 24h. Deuteronomio 6 habla a toda la nación.
Si estás enseñando en la Escuela Dominical, Clubs de Buenas Nuevas, Esplais, tienes hijos o nietos, sobrinos o vecinos… anda con ellos. Actualiza tus materiales, discipula, haz de mentor. Usa la cultura del diálogo con los adolescentes, pastoréalos. Comparte con ellos cualquier tema que les interese. Mas vale prevenir que curar. Escúchales, hazlos razonar, dales su espacio y no condenes. DAR GRACIA. Ten un tiempo personal con cada uno para dialogar, hacer preguntas, resolver dudas, usa los momentos oportunos para hablar de todo.
Conclusión:
Escuchar con el oído, aprender con la mente. Los niños deben y pueden ir a Jesús en arrepentimiento y fe. ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian buenas nuevas! y especialmente a los niños.
«Así que, (niños), arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados…» (Hechos 3:19).
Padres, maestros, tutores, no encubráis la Palabra a vuestros niños. Hacedles oír la Palabra, que la entiendan, a fin de que pongan en Dios su confianza y no se olviden de Él. Que sepan guardar los mandamientos del Señor y no sean una generación contumaz y rebelde. Que guarden el pacto y anden en su ley. Amén.
Si tenemos un niño recién convertido no debemos exponerlo, hay que dejar que el Espíritu Santo y la Palabra de Dios refuercen al niño en su fe. ¿Expondrías una tomatera recién trasplantada a vientos fuertes y sequía? No le pongas en aprietos, podrías obligarlo sin querer a negar su nueva relación con Dios porque todavía no tiene la suficiente valentía para mantenerse firme.
Anímale a compartir su fe en el momento oportuno y apropiado y enfatiza su seguridad eterna.
Tres cosas importantes que debes hacer:
a) acércate a los niños con amor
b) sé lleno del Espíritu Santo
c) ora siempre por ellos
Un nuevo curso ha terminado. Si has llevado a los niños a la escuela dominical, al esplai, o al Club de Buenas Nuevas… busca una actividad educativa distinta a la del curso escolar pero también donde los niños puedan disfrutar y se desarrolle una buena enseñanza bíblica como colonias cristianas, campamentos, casal de verano bíblico, etc. Los hay adecuados a cada edad y gusto.
¡Que disfrutéis del verano!
NOTA: PROPUESTA DE COSAS PARA HACER EN VERANO
1. Oír cantar un grillo por la noche O
2. Tirarte a la piscina y mojar a todos O
3. Poner a Jesús en el centro de tu día O
4. Ver el amanecer O
5. Ver el atardecer O
6. Aprender un nuevo juego O
7. Aprender una nueva canción cristiana o un himno O
8. Aprender varios versículos de la Biblia de memoria O
9. Pasar tiempo a solas con mamá y/o papá y los abuelos O
10. Orar cada día O
11. Dar un largo paseo en bici o andando O
12. Leer la Biblia a diario O
13. Mandar un mensaje o telefonear a un amigo/a O
14. Comer fruta recién cogida del árbol O
15. Ver una película en inglés O
16. Hacer limonada casera bien fresquita O
17. Construir un castillo de arena O
18. Ver vídeos de historias bíblicas O
19. Ver vídeos de historias misioneras O
20. Mirar las estrellas o ver una lluvia de estrellas O
21. Leer un cuento a tu hermano/a o invéntalo O
22. Plantar semillas y cuidarlas todo el verano, observar como crecen O
23. Salir a pasear y con todo lo que encuentres por el camino (hojas, flores, piedras, ramas…) hacer un collage o mural para tu habitación O
24. Haz un buen helado o batido casero O
25. Haz nuevos amigos O
26. Caminar descalzo por la arena de la playa O
27. Ir a un campamento cristiano O
28. Organizar una fiesta O
29. Hacer un buen pic nic O
30. Coger caracolas de mar y haz una manualidad O
31. Hacer muuuuchas fotos O
¡Feliz y divertido verano!
Abigail Rodés. Junio 2024.