Su nombre significa «el que trae provecho». Fue un cristiano que prestó valiosos servicios al apóstol Pablo en Roma y en Éfeso mientras Pablo estaba en la cárcel. Un hombre que fue amable con su amigo. Leer los textos.
La Biblia no dice nada más de él. Pero por la descripción de Pablo podemos entresacar algunas lecciones para nuestras vidas.
1. Fue repetidamente de ayuda para Pablo. No solamente algo puntual, sino que confortó a Pablo muchas veces, se menciona su constancia.
2. Se asoció con el sufrimiento de Pablo. No se avergonzó de sus cadenas. No pasó así con otros amigos como Figelo y Hermógenes que lo abandonaron y otros que estaban en otros asuntos como Demas, Crescente, Tito, Tíquico… etc.
3. Trajo consuelo al prisionero esposado. Muchos siervos de Dios sufren penalidades por causa de Jesucristo. ¿Qué clase de consuelo les damos?
4. Un hombre bueno que buscó oportunidades para hacer el bien y no le importaron burlas, escarnio o peligros. Dice la Biblia:
«Y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado» Stg.4:17
«¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre» Stg.3:13
«Tened también vosotros paciencia y afirmad vuestros corazones… hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados… confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros…» Stg.5:8-16
5. «Él me buscó solícitamente y me halló» (2ª Tim.1:17) ¿Tienes a alguien a quien buscar y animar? Onesíforo dio su apoyo, ayuda y aliento a Pablo.
RESULTADO:
Él y su casa fueron bendecidos por su amabilidad mostrada. Pablo sabía que el Señor podía recompensar a Onesíforo de todo lo que había hecho por él.
Nos quedamos con ganas de conocer mejor a Onesíforo, un amigo de Pablo que removió cielo y tierra para verle en prisión (Roma) y llevarle una palabra de aliento.
¿Cómo tomamos nosotros eso de animar a otros? ¿Hacemos un par de llamadas, una visita, quizás una oración…? Sin embargo Dios pone en nuestras manos el ministerio de animar a otros, apoyar al hermano, dar aliento en circunstancias diversas. ¿Tenemos una preocupación genuina y verdadera por nuestros hermanos? Ocupar el tiempo en animar a otras personas es poner en práctica el mandamiento divino de «amar al prójimo», «amarnos unos a otros».
Cuando dedico mi tiempo en animar a otras personas, en buscar cúal es la necesidad de la persona que tengo al lado y suplirla, me acerco en gran medida al corazón de Dios y a lo que Él desea para sus hijos.
COSAS PRÁCTICAS: ¿Cómo puedo animar a otros?
a) con mis palabras. Prov. 12:25
Una palabra a tiempo, un versículo, un abrazo o una sonrisa, escribir una nota, mandar un mensaje.
b) con mi presencia. Hch.15:36
Cuán importante es estar «al lado de».Tomar de la mano y orar ayuda más que un discurso o sermón.
c) con mis oraciones. Ro.15:30
¡Qué importante es orar unos por los otros, y unos con otros.
Intercedamos por nuestros hermanos, por sus necesidades o problemas. Es nuestra responsabilidad orar por todos ellos y además tiene doble beneficio: alguien está intercediendo por mi vida ante el trono de Dios y eso de por sí ya da ánimo al saber que alguien ora por ti.
Tender una mano amiga no debería ser tan difícil. Animar a otros con la Biblia tampoco.
DESAFÍO: Ser un Onesíforo a partir de ahora. * Anima con tus palabras * Anima con tu presencia *Anima con tus oraciones.
¡Ro.12:15 Marca la diferencia! Pongamos en práctica ya todos los apartados.
ORAR: por la iglesia perseguida, hermanos torturados y muertos; por nuestros amigos y familiares inconversos; por nosotros mismos para que sepamos ejercer el ministerio de la misericordia.
Abigail Rodes. Julio 2019.