“¿Quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (Ester 4:14).
¿Cuántos de vosotros no queréis un buen número de dones para poder ministrar al pueblo de Dios?
Posiblemente os gustaría ser como David, hombre noble que fue ungido por el Señor para ser rey de Israel. De una vida pastoril pasó a la corte. Músico, poeta, valiente, prudente en su conducta, audaz, leal, generoso, conquistó con sus hazañas el amor del pueblo, capaz de aliviar el ánimo al rey Saúl, gran guerrero, victorioso ante el gigante Goliat…
Pero detrás de todo esto vivió también una vida de rechazo: de sus hermanos, de su esposa Mical, fue perseguido implacablemente por el rey Saúl, vivió en una posición muy difícil entre los filisteos…
A veces olvidamos lo difícil que es tener muchos dones. ¡Menuda responsabilidad! El Señor nos pedirá cuentas de todo lo que hagamos con todos nuestros talentos. Queremos muchos porque creemos que así podemos servir mucho mejor a Dios, porque le amamos y pensamos que haremos muchas cosas para su reino.
Pero, ¿quién sabe? ¿Y si estás aquí para una sola cosa? ¿Y si Dios tiene un solo propósito para ti en toda tu vida?
Veamos dos ejemplos:
1. Un hombre: Noé. Célebre patriarca, preservado por Jehová durante el Diluvio, llegó a ser el segundo fundador de la raza humana.
a) Hombre justo: “Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé” (Génesis 6:9); “si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 14:14).
“y si estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo, ni hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas” (Ezequiel 14:20).
b) Predicador de la justicia: “cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los tiempos de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua” (1 Pedro 3:20).
Noé fue un gran ejemplo de fe verdadera, sin embargo poco se dice de él sino que tuvo tres hijos y construyó un arca. Además tuvo poco éxito en su empresa ya que nadie más que los animales y su familia se salvó. Pero la primera cosa que hizo Noé al salir del arca fue edificar un altar sobre el cual ofreció un holocausto y Dios hizo pacto con él. ¡Aún hoy en día podemos ver el arco iris en el cielo después de la lluvia! Noé vivió 350 años después del diluvio y los descendientes de sus tres hijos volvieron a poblar el mundo. De su hijo Sem surgió el pueblo escogido de Dios y el Salvador, Cristo Jesús.
2. Una mujer: Ester. Hermosa doncella hebrea, huérfana, adoptada por Mardoqueo (Ester 2:7b). Fue elegida para ocupar el trono de Persia como reina después que el rey Asuero repudiara a la reina Vasti. Ella se distinguió por su hermosura, por su obediencia, por su buen carácter, su discreción, por su valor, su fe y diplomacia.
“… la joven era de hermosa figura y de buen parecer…” (Ester 2:7); “… porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo…” (Ester 2:20); “… porque Ester no había declarado su nación ni su pueblo…” (Ester 2:20); “… ayunad por mí, no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente… y si perezco, que perezca” (Ester 4:16); “… si place al rey, vengan hoy… al banquete que he preparado para el rey” (Ester 5:4).
Es increíble como Dios tuvo cuidado de su pueblo, hallándose cautivo en tierra extranjera, por medio de una mujer. Ester ocupó un lugar en la corte que le valió hacer un enorme favor a la nación hebrea.
“¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (Ester 4:14).
Mardoqueo tenía plena confianza en las promesas y la fidelidad de Dios. Tenía que llegar el Mesías, así que ese no podía ser el exterminio del pueblo de Dios. Mardoqueo insta a Ester en que Dios enviará socorro por un camino u otro, le avisa que ella es parte de ese pueblo y morirá con todos ellos. Dios actuará con ella o sin ella. Sus propósitos nunca son invalidados por la infidelidad de sus siervos. Dios le dio a Ester un cometido, de ella dependía llevarlo a cabo. Dios tiene recursos ilimitados y nadie desbarata sus planes. Ester no era imprescindible, pero Dios quería usarla para salvar a su pueblo. Dios actúa aún si sus siervos fueran infieles y desobedecieran el mandato dado por Él. Pero grande es Dios que nunca anula la responsabilidad humana. Cómo humanos podemos decidir obedecer o no. Pero entonces tendremos que atenernos a las consecuencias. Dios dirigió los acontecimientos, precisamente en el momento en que Ester fue reina. No fue casualidad. Dios llamó a Ester a ser parte de la salvación de los judíos.
De igual manera Dios tiene grandes planes para nosotros. Debemos estar atentos a nuestra situación y entender y conocer los propósitos de Dios en nuestra vida. No seamos cobardes. Seamos parte de su proyecto. Dios tiene a bien llamar, guiar y utilizar a aquellos que en Él confían.
Abigail Rodés. Octubre 2020.