«Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa» Rut 3:11.
Aunque Rut no es la única mujer virtuosa en la Palabra, el libro de Rut muestra como la historia redentora de nuestro Salvador incluye gracia y honra a una mujer viuda extranjera, pobre y sin hijos, para darle una descendencia directa a nuestro Señor Jesucristo.
Rut experimentó un cambio. Si piensas o anhelas convertirte en esa mujer virtuosa de Proverbios 31:10-31, ora al Señor.
1. Ora para amar al Señor en primer lugar.
Rut dejó atrás a su familia. «Has dejado a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste…» Rut 2:11.
Jesús lo expresaba así en Mateo 10:30,«el que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí no es digno de mi».
* Reflexiona sobre tus prioridades, tus anhelos, tus sentimientos, tus relaciones y examínalos a la luz de las Escrituras.
2. Ora por un corazón humilde.
«Rut bajó su rostro a tierra e imploró a Booz: ¿Cómo yo he hallado gracia a tus ojos siendo extranjera? ¿Por qué si no soy ni como una de tus criadas?» Rut 2:10-13. Jesús fue ejemplo de humildad y nos dice en Mateo 11:29 «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas».
* Reflexiona cómo es tu humildad en casa, en el trabajo, con tus amigos y familia, con los compañeros, con los hermanos de la iglesia…
3. Ora por tener un espíritu enseñable y adoctrinable.
En nuestra cultura se valora mucho que las mujeres tengan un gran conocimiento e inteligencia e intentamos manejar todo de la manera más eficiente: familia, trabajo, maternidad, relaciones, hogar, etc. Rut estuvo dispuesta a ser enseñada ¡nada menos que por su suegra! Fue diligente en obedecer a otra mujer de mayor experiencia y sabiduría: «Haré todo lo que tú me mandes» Rut 3:5. Jesús demostró en varias ocasiones a los fariseos —que se jactaban de ser sabios— lo ciegos y equivocados que estaban.
* Reflexiona si tu corazón es enseñable, si escuchas a Dios y pones por obra todo lo que Él demanda de ti. ¿Cuándo fue la última vez que buscaste consejo en una mujer mayor para un problema específico en tu vida?
4. Ora por ser una mujer diligente.
«Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas» Rut 27a.
«Y estuvo desde la mañana hasta la noche sin descansar ni aun por un momento» Rut 2:7b,17.
Sea que trabajemos en casa y/o fuera de ella, nuestro trabajo debe ser hecho de corazón, para el Señor (Colosenses 3:23), nunca de mala gana o a medias.
* Reflexiona si haces las cosas con pereza, con dejadez. Ora al Señor si necesitas un espíritu esforzado y gozoso en todo aquello que te viene a la mano para hacer.
5. Ora por un corazón agradecido.
Rut fue una mujer agradecida a pesar de sus circunstancias. «Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo» (Salmo 50:14). Sin duda, un corazón agradecido puede atravesar con el Señor toda clase de enfermedades, sufrimientos, limitaciones, persecución o muerte.
* Reflexiona si debes alabar más a Dios, invocar su nombre, clamar por sabiduría, amor o perdón.
«Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús» 1 Tesalonicenses 5:16-18.
«Venid, aclamemos alegremente a Jehová, cantemos con júbilo… lleguemos ante su presencia con alabanza, aclamémosle con cánticos. Porque Jehová es Dios grande, y Rey sobre todos los dioses. Venid, adoremos y postrémonos, arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor, porque Él es nuestro Dios» Salmo 95.
Abigail Rodés. Julio 2024.