Lecturas: 2 Reyes 22:1-20 y 23:1-3 Reinado de Josías y hallazgo del libro de la ley.
Jeremías 26, Jeremías es amenazado de muerte.
Ahicam,“hermano del que se alza” o “un hermano ha aparecido”. Principe de Judá que protegió a Jeremías (2 Reyes 22:12; Jeremías 26:24) y que el rey Josías envió a Hulda la profetisa cuando se encontró en el Templo el libro de la Ley (2 Crónicas 34:20, 21): “Y mandó a Hilcías y a Ahicam hijo de Safán, y a Abdón hijo de Micaía, y a Safán escriba, y a Asaías siervo del rey, diciendo: Andad, consultad a Jehová por mí y por el remanente de Israel y de Judá acerca de las palabras del libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que ha caído sobre nosotros…”.
Fue premiado cuando Nabucodonosor nombró a su hijo Gedalías gobernador de Judá (2 Reyes 25:22): “Y al pueblo que Nabucodonosor rey de Babilonia dejó en tierra de Judá, puso por gobernador a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán”.
El énfasis de Jeremías 26 está en la respuesta hostil a este sermón en el templo. Durante el reinado de Josías, Dios llamó a jeremías para ser profeta a las naciones del mundo y predicar el arrepentimiento al Reino del Sur o Judá. Jeremías 1: 5,8,9,17,19 “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”. “ No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte”. “He aquí he puesto mis palabras en tu boca”. “Levántate y háblales todo cuanto te mande, no temas delante de ellos”. “pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para librarte”.
PUNTOS:
1. No retengas las palabras
2. Quizás oigan y se vuelvan cada uno de su mal camino
3. Si no me oyereis maldeciré esta ciudad
4. Oposición de sacerdotes y profetas
5. Todo el pueblo, la turba (= muchedumbre de gente confusa y desordenada) se juntó contra Jeremías.
6. Jeremías se defiende
7. Jeremías se salva de la muerte, no será condenado
8. Jeremías tiene un amigo influyente
Dios le dice a Jeremías que no retenga las palabras, que se pare en el patio del templo y predique un mensaje a todas las naciones de Judá. Era importante que Jeremías dijera absolutamente todo lo que Dios le dijo para que se arrepintieran y no sufrieran el juicio prometido. Pero se encuentra con la oposición de los sacerdotes, los profetas y el pueblo. Todos se juntaron contra Jeremías. Este se defiende y explica su mensaje.
“Mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios, y se arrepentirá Jehová del mal que ha hablado contra vosotros” (Jeremías 26:13).
Jeremías dejó claro que no era cosa suya, que era el mensaje de Dios. Dios le envió y él obedeció. Su única esperanza era que Dios se arrepintiera del juicio en respuesta al arrepentimiento del pueblo.
(“Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios, porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”. Pedro y Juan ante el concilio tienen una actitud similar, Hechos 4:19, 20).
Jeremías se mostró firme: “He aquí estoy en vuestras manos; haced de mí como mejor y más recto os parezca. Mas sabed que si me matáis, sangre inocente echaréis sobre vosotros…” (Jeremías 26:14,15).
“Pero la mano de Ahicam hijo de Safán estaba a favor de Jeremías, para que no le entregasen en las manos del pueblo para matarlo” (Jeremías 26:24). “Enviaron entonces y tomaron a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacase a casa; y vivió entre el pueblo” (Jeremías 39:14).
Jeremías solo encontró un amigo: Ahicam. Necesitaba protección y solamente la encontró en Ahicam. Era una reunión oficial, se estaba llevando a cabo un juicio. Jeremías fue impugnado por el pueblo y por las autoridades religiosas de la nación. Pero Dios veló por él.
PREGUNTAS PARA EL COLOQUIO:
1. ¿Estamos más preocupados de lo que piensen otros que de obedecer a los mandatos de Dios?
2. ¿Le pedimos al Señor fuerza y fe para mantenernos en obediencia o estamos ocupados en defendernos a nosotros mismos?
3. Si nadie está dispuesto a escuchar, ¿somos ambiguos en declarar Su verdad?
4. Cuando vemos la posibilidad que nos rechacen o persigan, ¿confiamos en Dios como Jeremías a pesar de tener a todo el mundo en la oposición?
5. ¿Nos atrevemos a ser como Ahicam y ponernos al lado de la verdad y del Señor o de la mayoría?
6. ¿Te has sentido alguna vez defendido por un Ahicam?¿Eres tu un Ahicam?
CONCLUSIÓN:
Jesús es nuestro “Ahicam”, que nos defiende de toda acusación del maligno y nos libra de toda condenación.
Abigail Rodés. Mayo 2023.