Las postales
La primera postal navideña impresa de la que se tiene constancia fue enviada desde Estrasburgo, en 1476. Pero la tradicional postal navideña se debe, tal como se conoce actualmente, al británico sir Henry Cole, un hombre de negocios londinense, que editaba libros infantiles ilustrados y que llegó a ser el director del Victoria & Albert Museum.
En 1843, Cole encargó a su amigo John Horsley, que era dibujante y diseñador, unos dibujos con escenas navideñas, que luego reprodujo en la imprenta, junto a unos breves mensajes de buenos deseos y felicitación. Estas primeras postales se coloreaban manualmente. La historia cuenta que Henry Cole hizo este gesto para compensar el retraso en contestar el correo de sus familiares y amigos, ya que era un tanto dejado con sus asuntos personales. Así que, imprimía las que necesitaba para su uso personal, y algunas más que vendía en su librería al precio de un chelín la unidad (que era el precio de una comida en la época). El diseñador John Horsley incluyó en la tarjeta la frase «Merry Christmas and Happy New Year» (Alegre Navidad y Feliz Año Nuevo), frase que ha perdurado invariable hasta nuestros días.
Pero la popularidad de estas postales no aumentó hasta que se creó una tarifa diferenciada para su franqueo, que reducía los costes de envío a la mitad de una carta normal. Además hizo aparición un nuevo método de impresión en colores que evitaba que hubiera que pintar a mano las postales originales. Posteriormente un hombre de negocios americano, Louis Prang, las llevó a Boston, Estados Unidos, donde se popularizó la costumbre de utilizar tarjetas impresas para felicitar las fiestas navideñas.
El árbol
Se dice que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha, cortó el árbol sagrado de los paganos y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Con el paso del tiempo, las manzanas y las velas se transformaron en bolas, luces y otros adornos.
Es posible que el primer árbol navideño, tal como se conoce en la actualidad, surgiera en Alemania, donde se implantó por primera vez en 1605 para ambientar el frío de la Navidad, comenzando así su difusión. Llegó a Inglaterra en 1829, y en el Castillo de Windsor se vio por primera vez en 1841 de la mano del príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria. La costumbre de adornar un árbol en los hogares españoles fue traída por una princesa de origen ruso. Parece ser que la primera vez que se colocó un árbol navideño en España fue en Madrid, durante las navidades del año 1870.
Los magos de Oriente*
En Oriente, sólo se celebraba la Epifanía o Teofanía, es decir, las manifestaciones de Cristo: nacimiento, adoración de los magos y bautismo, el 6 de enero. En Occidente únicamente se celebraba el nacimiento, el 25 de diciembre. Con los años Occidente adoptó la Epifanía y Oriente la Navidad. Según la tradición popular, tres magos, reyes de Oriente, tal vez de Arabia, fueron a llevarle regalos a Jesús, recién nacido en Belén.
A partir del breve relato que se encuentra en el evangelio de Mateo, capítulo 2, la iglesia primitiva fue elaborando una leyenda sobre estos personajes y sus hechos. La tradición más difundida dice que eran tres e incluso les puso nombre a cada uno de ellos (Melchor, Gaspar y Baltasar). Sólo por el hecho de que el relato evangélico indicara que ofrecieron a Jesús tres regalos (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres los personajes que los traían. Aunque también en algún momento las distintas tradiciones han señalado que eran dos, cuatro, siete y hasta doce. Pero la más extendida es la que fija el número en tres. Poco a poco se han ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad, representantes de las tres edades del hombre y representantes de los tres continentes (Asia, África y Europa).
La determinación del número de los magos, sólo tres, y su procedencia se fue perfilando en la Alta Edad Media. El rey negro aparece en el siglo XV. En realidad, existen tres fechas en la tradición cristiana en las que se entregan regalos a los niños: El 6 de diciembre en Bélgica, Holanda y Francia: San Nicolás. El 24 de diciembre en el resto de países occidentales: Santa Claus o Papá Noel. El 6 de enero en España los Reyes Magos y en Italia la bruja Befana.
El belén
El belén, o pesebre, es la representación del nacimiento de Jesús en Belén por medio de figuras. Es uno de los escenarios más tempranos y habituales del arte cristiano, pues aparece en el siglo IV en la catacumba de San Sebastián de Roma. La tradición popular del belén, o pesebre, es mucho más reciente. Fue Francisco de Asís quien realizó la primera representación en Greccio (Italia). Después, se difundió por los conventos franciscanos de Italia, contribuyendo a la extensión del pesebre representado por seres vivos o figuras.
Durante la Edad Media y el Renacimiento era costumbre representar escenas de la Navidad en las iglesias. De ambas tradiciones arranca la de los belenes actuales, con sus figuras de madera, yeso, plomo, barro o cartón. Alcanzó su apogeo en el reino de Nápoles, en el siglo XVIII, y de allí pasó a España, de donde fue llevado a América Latina. Persiste también en Italia, Alemania, Provenza y el Tirol.
Todo esto es lo referente a las principales tradiciones navideñas (tradición: transmisión de hechos históricos, hecha de generación en generación). Son costumbres que prevalecen durante generaciones, pero la realidad es otra. La verdadera Navidad es el nacimiento de Cristo en Belén, para salvarnos de la muerte eterna. Encontraremos los textos referentes a este crucial acontecimiento en la Biblia, en los siguientes textos:
• El anuncio del nacimiento de Jesús: Lucas 1:26-38.
• El canto de María, «el Magnificat»: Lucas 1:46:56.
• El nacimiento de Jesucristo: Mateo 1, Lucas 2:1-7.
• Los ángeles y los pastores: Lucas 2:8-20.
• La visita de los magos: Mateo 2.
No te quedes solamente con lo que dicen las tradiciones, investiga sobre la verdad histórica de aquel hecho que cambió para siempre la historia del mundo, y también la vida de millones de personas.
¡Feliz Navidad!
Ferran Cots, diciembre 2024.
* Ver el artículo «Los magos de Oriente», enero 2022, en este mismo blog.