«Llámese rosa,
llámese clavel,
la pérdida de una madre fiel,
es por siempre dolorosa»
Ann Marie Jarvis (Mayo 1864 – Noviembre 1948) fue la fundadora del «Día de la madre».
Nació en Webster (Virginia Occidental). Su madre, Ann Jarvis, había fundado en varias ciudades de EEUU un día para conmemorar el esfuerzo de las madres trabajadoras intentando, al mismo tiempo, mejorar sus condiciones de salud y sanidad en sus lugares de trabajo. Uno de esos grupos fueron las enfermeras que estaban al frente de la batalla en ambos lados de las trincheras en la guerra de Secesión. El 12 de mayo de 1907, dos años después de la muerte de su madre, Ann Marie quiso conmemorar su fallecimiento y organizó un «Día de la madre». A partir de entonces encabezó una gran campaña, muy activa, que fue creciendo por todo el territorio americano. Siete años después, consiguió que el presidente Woodrow Wilson recogiera la iniciativa y la promoviera él mismo haciendo de esa fiesta un día especial para todas las madres en general. Poco a poco, los diferentes países lo fueron adoptando hasta el día de hoy. Junto con su hermana, usaron todas sus energías y recursos para que eso no se volviera un tema comercial y publicitario. Estaba a favor de celebrarlo de forma sencilla pero muy personal. Nunca se casó ni tuvo descendencia.
Woodrow Wilson fue Premio Nobel de la Paz en 1919, impulsor de la Sociedad de Naciones (antecedente de las Naciones Unidas).
Durante la celebración de mayo de 1907, en la iglesia metodista de St. Andrew, donde Ann Marie asistía, regaló un clavel blanco a todas las madres de la congregación. Clavel, porque era la flor favorita de su madre, blanco porque representaba la pureza y la dulzura del amor de una madre. Esa costumbre de regalar un clavel (o rosa) se ha extendido hasta el día de hoy para honrar a quienes nos dieron la vida y mucho amor. Aunque hay lugares donde hacen cierta distinción: clavel blanco si la madre ha fallecido, clavel rojo si está viva.
Así que en 1910, el segundo domingo de mayo fue declarado oficialmente la fecha para el «Día de la madre»,haciendo hincapié en el papel de la mujer en la familia. Desde entonces el mundo protestante lo celebra en esta fecha y no el primero domingo de mayo como la iglesia católica, que lo tomaron para ellos.
En poco tiempo 40 países más acogieron esta festividad y a día de hoy se celebra en todo el mundo.
No es necesario hacer grandes regalos, es suficiente ofrecer algo simbólico, un clavel, una postal, un poema, una nota de puño y letra escrita desde el corazón, unas palabras llenas de ternura y reconocimiento:
¡GRACIAS MAMÁ!
«¿Cómo podemos pagar, o al menos reconocer ese insuperable amor?
¿Cómo admirar la labor que sus manos van tejiendo?
Pues, llegando a agradecer todo cuanto está haciendo.
Por eso, madre querida, recibe hoy nuestro agasajo, que en este día te ofrecemos por tu esmero y protección, y por tu inmenso trabajo tan digno de admiración…»
(de la poesía «La madre» de José Hernández).
Abigail Rodés. Mayo 2021.