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Reflexiones

Nunca más

octubre 30, 2021 by Ferran Cots

En noviembre de 2002 se hundió frente a la costa de Galicia el petrolero Prestige, provocando una marea negra que asoló la costa gallega, llegando incluso a afectar al Cantábrico y parte de Francia. El desastre fue terrible y en su día provocó la creación de la plataforma ciudadana “Nunca mais”, cuyas exigencias eran la aplicación de la justicia  por la resposabilidad de aquel desastre y que algo semejants no se repitiera nunca más.

Han pasado ya 19 años y, afortunadamente, tanto las costas como el mar parecen haberse recuperado de aquella catástrofe. No sé por que motivo, me vino a la mente esta expresión (Nunca mais) viendo los cruceiros (cruces) esparcidos por la geografía gallega. Muchos de ellos tienen la figura de un Cristo sufriente clavado en la cruz. Entonces recordé aquella expresión, ya que Cristo no quedó en la cruz, sino que resucitó, y nunca más volvería a suceder algo similar. La obra de la salvación había sido consumada. Esto traería consecuencias importantes para la humanidad, especialmente para los que aceptaran el sacrificio de Cristo.

En la Biblia aparece la expresión nunca más en multitud de ocasiones. En unas se utiliza en sentido negativo, como en Isaías 13:19-20: “Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios. Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada…”. Usada en este sentido denota un juicio de parte de Dios.

Otra forma de utilización de esta expresión es para indicar que una acción no se iba a repertir, como en Génesis 38:26, en la historia de Judá y Tamar, su nuera: “Entonces Judá los reconoció, y dijo: Más justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi hijo. Y nunca más la conoció”.

En otras ocasiones se trata de una promesa de Dios a su pueblo como en 2 Samuel 7:10: “Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido…”.

En total, y en diferentes circunstancias, la expresión nunca más aparece en la Biblia (RVR) unas 80 veces.

Pero la más importante para nosotros es la que se cita en Jeremías 31:34: “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré (nunca) más de su pecado”. Este texto es citado por el autor de la epístola a los hebreos dos veces, la primera en 8:12, donde la transcribe de esta forma: “Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” y por segunda vez en 10:17: “Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones”.

El autor de esta carta estaba explicando la suficiencia e irrevocabilidad del sacrificio de Cristo. En los versículos 12 y 13 de este mismo capítulo dice: “… pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”. O lo que es lo mismo, nunca más será necesario ofrecer un nuevo sacrificio por los pecados. Esto significa que no hay nada que podamos añadir a la obra de Cristo. Que una vez que nos hemos entregado a Él y recibimos su salvación ya está todo hecho, el perdón de Dios viene a nuestra vidas y nos permite vivir confiados en su gracia, amor y misericordia, pero también en su justicia en Cristo.

Pablo explica a los colosenses el alcance del sacrificio vicario de Cristo. En la epístola a los fieles en Colosas 2:13-15 les dice: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Aquel sacrificio realizado una sola vez, y que nunca más se repetiría porque fue suficiente para ganar nuestra salvación, nos libra de la condenación y, como citaba el autor de la epístola a los hebreos, eso significa que Dios nunca más se acordará de nuestros pecados.

En el lenguaje humano nunca más significa normalmente hasta que cambiemos de opinión o nos fuercen las circunstancias… ¿Qué seguridad nos da que alguien nos prometa que nunca más nos va a ofender, o perjudicar, o discriminar, o…? La verdad es que ninguna, porque ese nunca más significa en realidad hasta la próxima ocasión.

Sin embargo nuestra salvación y perdón estan seguros en Dios. Para Él nunca más significa exactamente eso, y no otra cosa, porque en Él no hay sombra de variación, es inmutable, y es el que garantiza nuestra salvación. (“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” Santiago 1:17).

Cristo murió en la cruz para que nosotros no tuviéramos que dar cuenta de nuestros pecados a Dios, lo que nos hubiera llevado irremisiblemente al castigo de la condenación eterna. Pero ahora podemos proclamar bien alto que los cristianos hemos sido redimidos del pecado, y nunca más caerá sobre nosotros la ira de Dios, reservada a los incrédulos.

Ferran Cots, octubre 2021.

Publicado en: Reflexiones

Reflexiones al terminar el día

octubre 24, 2021 by Loida Heredia

Siempre tengo a mano una libreta para apuntar aquellas situaciones que me han hecho recapacitar. Una conversación telefónica, una carta de mis amigos, una lectura bíblica, algún libro leído…

Hoy comparto con vosotros algunos de ellos para poder meditar juntos.

  • Vivir de acuerdo con los criterios de Dios, requiere disciplina. Muchas veces la disciplina es una medicina amarga pero beneficiosa (Proverbios 1:23).
  • Dios no ha perdido la paciencia con nosotros, no la perdamos nosotros (2 Timoteo 3:10).
  • Se ha dicho que en la vida son seguras tres cosas: la muerte, los impuestos y el cambio. La mayoría de las personas pueden lidiar mejor con las dos primeras que con la última. No obstante, sin los cambios, nunca sabremos cuán maravillosos pueden ser los planes de Dios para nosotros. Un cambio puede conducir a la bendición.
  • Nuestras verdaderas bendiciones con frecuencia llegan a nosotros con vestimentas de dolor, extravíos y desilusión, pero si somos pacientes, pronto las veremos tal como son.
  • La gratitud es la memoria del corazón. Si haces un favor, nunca lo recuerdes. Si recibes un favor, nunca lo olvides.
  • La amenaza de las cosas no dichas, se condena con la misma severidad que se condena un falso testimonio (Levítico 5:1).
  • Callar para evitar complicaciones es una forma de mentir. Existe un silencio que es refugio de la cobardía.
  • Pretender mentir a Dios es un manifiesto desatino de engañar a quien escruta lo más hondo del corazón.
  • En Lucas 10:25-37 se relata la historia del buen samaritano. Jesús contesta a un intérprete de la ley: Vé, y haz tú lo mismo. Sus oídos recibieron un gran mandamiento. Hoy los nuestros también: ¡Vé, y haz tú lo mismo!
  • Hay algo nuevo y fresco al iniciarse el nuevo día. A medida que el sol se filtra entre los árboles, los pájaros inician su canto matutino, y rompe el alba, hay una nueva percepción de la mano de Dios obrando en nuestras vidas. Ayer ya pasó, el mañana aún está por venir, pero el hoy ofrece un nuevo punto de partida: aquí y ahora. ¡Grande es tu fidelidad! Porque para siempre es tu misericordia, oh Dios (Salmo 135).
  • En razón de que solo Dios puede hacer una persona santa, la vida de santidad es un trofeo de su gracia y un tributo de su poder.
  • Los maestros pueden recibir el crédito o prestigio al instruirnos, los pastores para cuidarnos, los amigos para animarnos, pero solo Dios recibe la gloria cuando los demás ven a Cristo reproducido en nosotros.
  • Algunos creyentes piensan que son espirituales por acudir a la iglesia el domingo y leer un libro de lecturas devocionales el resto de la semana. Pero solamente cuando la santidad de Dios empieza a tocar de manera creciente cada área de nuestra vida empezamos a progresar en nuestra santidad.
  • Fanny Crosby, compositora de muchos himnos, era ciega; George Matheson, pastor, escritor, predicador e himnólogo, también ciego. Amy Carmichael, misionera, escritora, fundadora de orfanatos, dirigía la misión de la India desde su cama. Robert Murray, predicador presbiteriano, frecuentemente se hallaba postrado en cama debido a su débil corazón. Carlos Spurgeon, pastor, teólogo, misionero, tenía que salir de Londres en los duros inviernos para restablecer su salud al sur de Francia. La invalidez física no tiene que ser una barrera al servicio cristiano si dependemos por entero de la gracia de Dios (2 Corintios 12).
  • Los dirigentes cristianos deben vigilar y proteger con valentía la obra de Dios de toda posible mala levadura. “¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?” (1 Corintios 5:6).
  • Obedecer a Dios es caminar en sus decretos y desobedecer es caminar en oposición al Señor y menospreciar sus estatutos.
  • A menos que yo aprenda a aborrecer el pecado, nunca aprenderé a cultivar la santidad.
  • Una iglesia impura no tiene valor para el mundo ni crédito entre los hombres. Es una abominación.
  • Una iglesia impura es la risa del infierno y el horror del cielo.

¿Qué te parece? ¿Crees que puedes considerar alguna de estas reflexiones al final de tu día también?

Loida Heredia. Octubre 2021

Publicado en: Reflexiones

Mientras el tiempo pasa

octubre 24, 2021 by Loida Heredia

Toma tiempo para trabajar,
es el precio del triunfo.

Emplea tiempo en orar,
es la fuente de poder.

Utiliza tiempo para jugar,
es el secreto de la perpetua juventud.

Aparta tiempo para leer la Biblia,
es el cimiento de la sabiduría.

Dedica tiempo a ser afable,
es el camino a la dicha.

Ocupa tiempo en soñar,
es el eslabón que une tu corazón a una estrella.

Invierte tiempo en amar y ser amado,
es el privilegio de Dios.

Asigna tiempo para ver a tu alrededor,
 es muy corto el día para ser egoísta.

Toma tiempo para reír,
es la música del alma.

Destina tiempo para pensar,
es fuente de vigor.

Recopilado por Loida Heredia. Octubre 2021.

Publicado en: Reflexiones

La oración ha entrado en crisis

octubre 12, 2021 by Abigail Rodés

Hoy en día la gente cree que la oración carece de significado, que es una actividad inútil, improductiva, que nos lleva a la locura o que es propia de vagos, por ir reiterando una y otra vez lo mismo. La oración no es una fórmula a repetir como si tuviese una eficacia mágica. ¿Es eso la oración? Unos la han abandonado por falta de tiempo, otros por no saber cómo hacerla.

El corazón humano tiene un vacío interior, está aburrido de la vida, lo cotidiano es trivial, la sociedad es superficial. ¡Necesitamos orar con urgencia!

Cuando Jesús enseñó a orar era una época en la que escribas y fariseos eran culpables de vana repetición y vanagloria. No podemos orar pomposamente para que los hombres nos elogien usando bonitas palabras para que nos escuchen. Orar es entrar en la presencia de Dios, en la intimidad con el Padre, una búsqueda de relación padre-hijo en secreto, con toda sencillez, siendo sinceros.

La oración de Jesús nos enseña a buscar primero el reino de Dios y su justicia. La verdadera oración se centra en Él. Luego oramos por nuestro sustento y consuelo para nosotros aquí en la tierra. En la segunda parte del Padre nuestro se citan tres necesidades fundamentales del hombre: pan, perdón y ayuda ante las tentaciones. No se puede vivir sin pan, sin perdón, y sin la ayuda de Dios.

Cuidado con las tentaciones de cada día y la tentación de abandonar a Dios.

A modo de ejercicio te reto a que tu mismo encuentres el significado del “Padre nuestro” en Lucas 11:1-4

Cada palabra contiene una gran lección para nuestra vida. ¡Pon atención!

A modo de curiosidad comparamos el mismo texto en dos Evangelios: Mateo y Lucas.

MATEO 6

a) Jesús les enseña la oración simple en el Sermón del Monte (versículo 9)

b) Padre nuestro (versículo 9)

c) Sea hecha tu voluntad (versículo 10)

d) Líbranos del maligno (versículo 13)

LUCAS 11

a) Petición de un discípulo: “enséñanos a orar” (versículo 1)

b) Padre (no aparece nuestro)

c) No aparece “sea hecha tu voluntad”

d) No aparece “líbranos del maligno”

La oración está tomada directamente del griego*, por eso hay palabras entre paréntesis que no están en el texto original.

* Nuevo Testamento griego-español (Fco. Lacueva)

Padre

(nuestro)

(que estás en los cielos)

santificado

sea tu nombre

Venga tu reino

(Hágase tu voluntad

como en el cielo

así también en la tierra)

El pan nuestro diario

dánoslo cada día

Perdónanos

nuestros pecados

porque también nosotros perdonamos

a todos los que nos deben

No nos metas en tentación

(líbranos del maligno)

Sin oración no hay GRACIA.

“Tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6b)

Abigail Rodés. Octubre 2021.

Publicado en: Reflexiones

La Biblia recomienda leer

octubre 12, 2021 by Abigail Rodés

“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”   (Apocalipsis 1:3)

Muchos textos bíblicos nos animan a leer las Escrituras:

1. “…entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra” (Deuteronomio 17:18-19)

2. “Y cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos” (Deuteronomio 31:11)

3. “Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” (Nehemías 8:8)

4. “Y Jesús vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer” (Lucas 4:16)

5. “Y volvía sentado en su carro y leyendo al profeta Isaías” (Hechos 8:28)

Desde Éxodo, Josué, Reyes, Isaías, Jeremías, Habacuc, Marcos, Corintios, Tesalonicenses… y un largo etc, nos instan una y otra vez a leer las Sagradas Escrituras.

Hoy es un gran día para empezar a leerla. Hay varios métodos. Nada se compara a la bendición de conocer la Palabra para crecer en sabiduría. Persistir en la lectura diaria, con diligencia, ser constante durante toda tu vida, te ayudará a conocer más y más a Cristo. Algunos dicen que la Biblia es una colección de mitos pero la misma Biblia en Juan 17:17 dice: “Tu Palabra es verdad”. La Biblia es la palabra de Dios, “es palabra fiel y digna de ser recibida por todos” (1ª Timoteo 4:9). “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2ª Timoteo 3:16).

Puedes leer muchos libros, pero solamente la Biblia te habla a ti de forma personal. Es importante que inicies un plan de lectura anual que abarque toda la Biblia.

¿Qué vas a hacer con toda esta información? Deberías por lo menos investigar. Aún cuando leemos cosas que no entendemos podemos aplicarnos el consejo bíblico del Salmo 1:2 “en la ley de Jehová está mi delicia y en ella medito día y noche”.

Abigail Rodés. Octubre 2021.

Publicado en: Reflexiones

Enséñanos a orar

septiembre 21, 2021 by Abigail Rodés

“Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar”  (Lucas 11:1)

Las Escrituras muestran que la oración fue una parte importante en la vida de Cristo. Orar es un privilegio y una de las bendiciones espirituales que solamente los creyentes podemos disfrutar. Necesitamos orar unos por otros y por nosotros mismos.

Los mismos discípulos aun viendo orar a Jesús continuamente no sabían hacerlo y le piden que les enseñe.¡Una gran petición! Ellos querían aprender de su Maestro. Es curioso que ellos estaban junto a Jesús, observándolo, esperando a que terminara. Algo les despertó el deseo de aprender a orar como Jesús oraba: su relación íntima con el Padre. También nos ocurre a nosotros que ante diferentes situaciones no sabemos cómo orar al Padre.

Ejemplos bíblicos

  1. Estás en un gran foso sellado con una gran piedra con varios leones dentro. Eres profeta. Eres inocente. Estás allí castigado por obedecer a Dios y por desobedecer al rey Darío. Acaban de hacer contigo una terrible injusticia. ¿Cómo orar?
  2. Estás por años haciendo un arca siguiendo el mandato de Dios porque sabes que Él va a hacer llover durante 40 días y 40 noches y todo ser viviente sobre la faz de la tierra morirá. ¿Cómo orar?
  3. Eres reina. Estás echada a los pies del rey Asuero llorando sin saber si vas a ganar su favor para rogarle que anule la trama y la conspiración para matar a todo tu pueblo. ¿Cómo orar?
  4. Eres profeta. Estás dentro del vientre de un gran pez 3 días y 3 noches sabiendo que has sido desobediente a Dios porque has huido de hacer su voluntad. ¿Cómo orar?
  5. Tienes 17 años, muchos hermanos pero todos te envidian y aborrecen porque eres el preferido de tu padre. Ellos deciden echarte en un pozo seco, en una cisterna en el desierto para dejarte morir, pero finalmente te venden como esclavo. Te llevan a un país extraño muy lejos de tu familia. ¿Cómo orar?
  6. Eres una mujer estéril en una sociedad en la que eso es una maldición. Siempre estás triste y llorando porque quieres un hijo a toda costa. Empiezas a orar moviendo tus labios pero no se oyen tus palabras. Te toman por ebria. ¿Cómo orar?

Dios siempre contesta nuestras oraciones aun cuando no nos de la respuesta que nosotros queremos. Debemos confiar siempre en el juicio de Dios cuando nos dice: “NO”.

Es la mejor respuesta para nosotros. Pidamos a Dios que nos ayude a acatar su decisión, a someternos a su perfecta voluntad.

Aprendamos a orar según el precepto de Dios, dirigiéndonos al Padre celestial, en el nombre de Jesucristo.

Por más que oremos no podemos decir nunca que dominamos el tema de la oración. Es digno de mención que Jesús no enseñó a sus discípulos a predicar sino a orar. Es más importante saber hablar con Dios que con cualquier hombre, mujer o niño. No se trata de dominar una técnica, simplemente debemos orar, orar, orar… derramando nuestra alma a Dios. No tratemos de impresionar a los hombres con largas oraciones con palabras complicadas o rebuscadas. Ni le enseñemos a Dios su Palabra. Jesús enseñó a sus discípulos una oración básica, sencilla, breve. El “Padre nuestro” no es un rezo ritual o una fórmula mágica.

En la tierra existe la desobediencia pero en el cielo no hay obstáculos para la perfecta y santa voluntad de Dios y esa prevalece también en la tierra.

Cuando no entiendas la respuesta de Dios, acéptala con corazón confiado porque será lo mejor para ti. ¡No lo dudes! Que entendamos la necesidad del Espíritu Santo como el Espíritu de oración, orando con audacia, perseverancia, confianza, fe, ánimo y esperanza. Que Dios te bendiga.

Abigail Rodés. Septiembre 2021.

Publicado en: Reflexiones

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